viernes, 26 de febrero de 2016

Comienzo.

No es un comienzo difícil, es extraño. Por un lado está la libertad de ser adulto, de poder hacer lo que quieras cuando quieras, por otro lado está el tener que crecer demasiado rápido, a veces no sale tan bien.
Mi primer día no fue como esperaba. Ya me habían advertido, iba a pasar a ser un número, desconocida, pero no pensaba que iba a ser tan desastrosa. Es ahí cuando descubres que estas solo, que ya no eres la misma persona que eras seis meses atrás. Nadie te conoce, nadie sabe nada de ti, y eso puede ser algo positivo o puede pasar a ser algo fatal. En mi caso fue malo, no quedaba nada de esa chica social que habla con todo el mundo, pasó a ser alguien encerrado en sí mismo, que le daba igual quien fuesen los demás y si hablaba con alguien o no. No negaré que al principio me molestaba estar sola, claro que me molestaba y me entristecía, pero con el paso de los días aprendí a que me diera igual. No sigo sola, por suerte un día me decidí a hablar, pero lo que quiero decir con esto es que los comienzos no son siempre buenos y no por ello tienes que desanimarte (eso sí, no volvería a repetir ese día en la vida).

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